lunes, 29 de diciembre de 2008

Nunca he tenido un orgasmo

“Llevo catorce años casada con el que creí el hombre de mi vida. Me enamoré de él en el ascensor que llevaba a la oficina, coincidíamos todos los días a las ocho en punto. Me gustaba el modo con el que se tocaba el paquete con disimulo. Ya había observado que le cargaba a la izquierda y aprovechaba el ascenso vertiginoso de la máquina para rectificar la posición heredada de la conducción de su yaguar negro. Las primeras veces que lo hicimos fueron muy excitantes pero ni siquiera esas alcancé el orgasmo. Ahora me he vuelto a enamorar otra vez y también en el ascensor. A éste le carga a la derecha y me ha parecido que lo tiene ligeramente mayor. Hemos quedado y he tenido el gusto de comprobarlo. Estaba en lo cierto pero tampoco lo alcancé. Y eso que el nuevo ascensorista puso todo lo que pudo. No sé qué hacer. ” María Hernández, Madrid.
Siga poniendo ascensores en su vida hasta que alcance lo que busca, pero pruebe a hacerlo fuera de las paradas entreplantas.

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